El sector de la industria se ha sometido a continuos cambios y adaptaciones desde su creación, por lo que se encuentra en constante evolución, creándose patentes continuamente que aportan mejoras constantes en el ámbito tecnológico, lo que causa que el rendimiento incremente, seguido de la capacidad de producción de  la empresa y la fábrica que forme parte de ese sector.

Debido a la incorporación de la maquinaria que provoca la automatización,  la llegada de máquinas cada vez más eficientes permiten realizar los procesos productivos manera constante en la actividad, lo que implica una evidente mejora en los resultados, siendo homogéneos y rápidos, gracias al modo en  que se producen los productos, incluso al mismo tiempo se comprende la mejora de la seguridad y la eficiencia del consumo energético y de recursos, tanto humanos como materiales de los que disponga la empresa.

Esta evolución significa que muchos sistemas que se usaban anteriormente hayan quedado obsoletos, han dejado de usarse debido a esta consecuencia lógica que implica contar con sistemas productivos que ofrecen mayor rendimiento, más utilidad, eficiencia y menores costos.

Sin embargo, existen artilugios que se utilizan desde hace décadas y que siguen siendo eficaces en la actualidad, ofreciendo un rendimiento tan bueno que no se ha planteado sustituirlos ni de dejar de utilizarse.